Una experiencia a nivel personal que me encantó, fue la subida en burro desde el nivel del puerto de Santorini hasta lo más alto de la isla, donde nos hospedábamos. Podíamos subir en teleférico, pero ¿quién tiene la oportunidad de transportarse todos los días en burro, por unas escaleras de esa magnitud y aún por encima en Santorini? ¡De cabeza sin pensarlo! Si algún día podéis visitar esa isla, os lo recomiendo. Fue un momento muy divertido que pasé en compañía de mis amigas. Además, los burros suben en grupo bastante numeroso, lo que provoca que siempre haya alguna anécdota que contar por algún pique entre ellos. Los pastores típicos de la isla también me llamaron la atención por su atuendo, y obviamente, por los sonidos que les emitían a los animales, que si ya no entendía yo griego, poco más eso. Adjunto una imagen mía subiendo en burro. No se aprecia demasiado bien que soy yo, pero bueno, para que os lo imaginéis.
Yo en el burro
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